No imaginé que la arenga de Claudia Sheinbaum del 15 de septiembre en el Zócalo capitalino provocara tanta conversación solo por atreverse a quitarle el apellido de casada a Doña Josefa. En medio de las vivas desapareció la tradicional Josefa Ortiz de Domínguez y brotó desde el balcón presidencial una Josefa Ortiz Téllez-Girón. Y si bien esto no cimbró a la plaza -la mayoría siguió coreando vivas sin reparar demasiado en la súbita soltería de Doña Josefa-, todo reventó en ese territorio infernal de polarizaciones que son las redes sociales. Mientras muchas, muchísimas arrobas celebraron que la heroína de los libros de texto sea ya personaje en sí misma, sin la venia nominal del cónyuge, otros muchísimos comenzaron a hiperventilar porque a Doña Josefa la estaban arrancando del lecho conyugal y porque la Presidenta "osaba, una vez más, atentar contra lo que nos es sagrado e imponer una nueva visión de la Historia".
Comunicadora y académica. Titular del noticiario matutino Así las Cosas en W Radio, podcastera en El País, profesora universitaria. Ha sido Directora del Departamento de Comunicación de la Universidad Iberoamericana, creadora y Directora de ibero 909 radio, Directora de W Radio. Reconocida como una de las 50 mujeres más poderosas de México según Forbes y una de las 300 líderes de México según Líderes, es conferencista, articulista en medios nacionales e internacionales, moderadora del tercer debate presidencial en 2018, empresaria.